And talking about motivation, here is an example of student engagement and language learning motivation:
"The lunch menu of the day at Mark Twain Elementary School includes a plateful of foreign language for 12 students, who have elected to learn Spanish during their noontime break." Link to the article by Alicia Castro in Calaveras Entreprise.
Extracto del artículo de Hugo Díaz Rodil acerca de la motivación de los estudiantes estadounidenses con respecto al español como lengua extranjera (LE).
La decisión de aprender una LE, la regularidad en su
estudio y la consecución de las metas marcadas implica, entre otros, factores cognitivos y afectivos. Dentro de los
factores afectivos se encuentran la motivación, la actitud y la aptitud del
estudiante. En palabras de Herrera Clavero y de
Ramírez Salguero:
Dicho de otra forma, la motivación representa qué es
lo que originariamente determina que una persona inicie una acción
(activación), se desplace hacia un objetivo (dirección) y persista en sus
tentativas para alcanzarlo (mantenimiento).
El papel de la motivación
en el rendimiento académico es fundamental, a una mayor motivación corresponde
un mayor rendimiento. Al mismo tiempo, los resultados académicos alimentan la
motivación del estudiante. Como señalan Herrera y Ramírez (2012):
En el ámbito educativo, es bien conocida la existencia de una correlación
positiva entre motivación y rendimiento de una intensidad moderada. De ahí se
deduce que una motivación elevada conducirá a un buen rendimiento. Sin embargo,
el buen rendimiento también conduce habitualmente a niveles altos de
motivación, por lo que resulta arriesgado concluir algo sobre la dirección de
la relación causa-efecto; posiblemente la dirección camina en ambos sentidos;
es decir, probablemente existe una relación bidireccional.
La literatura sobre los
aspectos afectivos en el estudio de LE enumera generalmente cuatro clases de
motivación y las divide en dos grupos: intrínseca y extrínseca, por un lado, e
instrumental e integradora por el otro, presentándolas como una dicotomía
dentro de cada grupo. Los dos últimos serían subtipos de la motivación
extrínseca en cuanto que están guiados por un beneficio externo al estudio de
la lengua. Citamos aquí la definición que hace Decy y Ryan (1985) en
García-Romeu J. (2006:147) de la motivación intrínseca y de la extrínseca:
La motivación intrínseca está originada por la
satisfacción inherente que produce la realización de la tarea en sí misma. Este
tipo de motivación promueve la autonomía, el sentimiento de competencia, la
curiosidad y el deseo de asumir desafíos. La motivación extrínseca se
caracteriza porque los beneficios de la actuación están al margen de la propia
actividad.
En mi opinión, la diferencia terminológica
o conceptual entre motivación extrínseca e instrumental es innecesaria, puesto
que estas dos categorías hacen referencia a estímulos externos al proceso de
aprendizaje. En lo referente a la motivación integradora, a medida que ampliaba
lecturas para este artículo, se puso de manifiesto la importancia que se le
confiere a la vertiente integradora en la sociedad estadounidense en general y
en la educación pública en particular. Cito aquí la definición que da Cristina
Alcaraz (2007:206) citando a Chini (1996) sobre la motivación integradora: “Este tipo de motivación estimula el
aprendizaje de una LE para poder participar en la vida de la comunidad en la
que se habla la LE y para poder integrarse en su tejido social”.
A pesar de la división en los tipos de motivación
mencionados, durante el estudio de un idioma, normalmente, confluye más de una
clase de motivación. En palabras de Cristina Alcaraz (2007:206):
De ahí que, hoy en día, la motivación también se puede leer en clave
sociocultural como un factor de aprendizaje de LE. Por lo tanto, no se puede
considerar un elemento con un único componente, sino que surge de la
interacción entre varios factores y, desde este punto de vista, podríamos
afirmar que es un fenómeno polisémico.
En la misma línea, opina John Schumann [1] (University of
California, UCLA): "I wouldn't argue for the supremacy of one over the
other in second language acquisition [...] In most cases of language learning
motivation, we have a mixture of integrative and instrumental influences."
[1]
Entrevista a John Schumann por Lauren Razavi en el periódico The Guardian,
versión digital. 26/04/2014.
BIBLIOGRAFÍA
ALCARAZ ANDREU, C. (2007). “Motivación
y edad: dos factores clave en el aprendizaje de la expresión oral”, en Actas
del XVII Congreso Internacional de ASELE (http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/17/17_0205.pdf ).
ARNOLD,
J. (1999). La dimensión afectiva en el aprendizaje de idiomas. Madrid.
Cambridge University Press.
BELTRÁN LLERA, J., y
BUENO ÁLVAREZ, J.A. (eds.) (1995). Psicología
de la educación. Barcelona. Boixareu Universitaria.
DECI, E. L. y RYAN,
R. M. (2000). “Self-determination
theory and the facilitation of intrinsic motivation, social development, and
well-being”, en American Psychologist 55: 68-78. Washington, DC GARDNER, R. C. y
LAMBERT, W. E. (1972). Attitudes and
motivation in second-language learning. Rowley: Newbury House.
GARCÍA-ROMEU,
J. (2006) “Análisis de necesidades para la programación de cursos de fines
específicos”, en II aplicaciones y
experiencias didácticas. Actas del Tercer Congreso Internacional
de Español para Fines Específicos (http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/ciefe/pdf/03/cvc_ciefe_03_0014.pdf
).
HERRERA CLAVERO, F. y
RAMÍREZ SALGUERO, I. (2012). “Motivación” (http://www.ugr.es/~iramirez/Motivacion.htm).
SCHUMANN John. “Language learning: what
motivates us?” Artículo por Lauren Razavi en el periódico The Guardian, versión digital.
26/04/2014. Disponible en
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